La revista informativa de la Unión de Mid-America, reseñó en Febrero de 1992,
parte de la historia acerca del comienzo de la obra hispana en Minnesota, trazando sus comienzos en mayo de 1990 (Barcenas, 1992, p. 22).
Cinco jóvenes hispanos, provenientes del país de El Salvador, comenzaron a buscar un lugar de adoración. Después de tres años de búsqueda, llegaron a la iglesia adventista conocida como iglesia del East-side, que era pastoreada para ese entonces por el pastor Al Smith, en compañía de su esposa Eva, quien hablaba español. Estos jóvenes solicitaron a la iglesia el permiso para iniciar reuniones en español en horas de la tarde del día sábado. La iglesia aceptó y una familia hispana que se congregaba en la Iglesia de St. Paul First, Fermín Espinoza, su esposa Martha y su pequeño hijo, se unieron a este grupo hispano pionero que se estaba gestando.
Poco tiempo después pero en ese mismo año, el pastor Ben Barcenas, quien era bilingüe, fue contratado como pastor de la Iglesia del East-side; él sirvió de apoyo a este pequeño grupo hispano y para Marzo de 1991, ocho personas de El Salvador fueron
104 añadidas como miembros de la iglesia por profesión de fe. La iglesia se vio ahora en la necesidad de contratar a un obrero bíblico, el pastor Rubén Rivera, quien aceptó unirse a la tarea en agosto de 1991, con el fin de estudiar la Biblia con la comunidad hispana de la ciudad de San Pablo y prepararlos para una campaña de evangelismo.
En septiembre de 1991, el pastor Orlando Magaña, quien era el evangelista y coordinador hispano en la conferencia de Illinois, fue y dirigió por seis semanas una campaña de evangelismo que dio como resultado el bautismo de 15 personas y 5 se unieron a la iglesia por profesión de fe. Prácticamente esto dio como resultado la organización de “la primera iglesia adventista hispana en el Estado de Minnesota” (Rivera, 1995a, p. 3). Que sería organizada oficialmente como iglesia el “1 de Agosto de 1992” (Rivera, 1995b, p. 18).
En 1995 la Conferencia de Minnesota adoptó un proyecto llamado "Hands Around the World" (Leal. R, comunicación personal, 23 de septiembre, 2009). El propósito de este
plan era iniciar nuevas iglesias donde no existía ninguna. Hasta el momento sólo había una iglesia hispana en las ciudades gemelas: La iglesia hispana del Sur de San Pablo. El desafío ahora era comenzar una nueva iglesia hispana en la ciudad de Minneapolis. Con este fin, la conferencia propuso traer a un estudiante del seminario de la Universidad de Andrews que se comprometiera a comenzar el proyecto y se quedara en la nueva
iglesia por lo menos dos años después de su inicio.
En el mes de noviembre de 1996, el pastor Lee Huff, quien para ese tiempo era el
presidente de la Conferencia de Minnesota, fue al seminario a entrevistar estudiantes hispanos para esta misión. Y para el mes de abril de 1996, el pastor Ruber Leal y su
105 esposa llegaron del seminario de Andrews para trabajar en la primera campaña hispana de evangelismo en la historia de Minneapolis.
El pastor Leal, junto con el pastor Rubén Rivera de la iglesia de San Pablo, trabajaron juntos para formar un equipo evangelístico conformado por hermanos laicos que vivían en la ciudad de Minneapolis, pero que hasta el momento asistían a la iglesia
de San Pablo. Este equipo misionero sería el encargado de asistir y atender a quienes vendrían a una campaña de evangelismo conducida por el pastor David Contreras de la Conferencia de Texas, quien vino a conducir un seminario de Revelaciones del 28 de abril hasta el 25 de mayo de 1996. Como resultado, 71 personas fueron bautizadas en las instalaciones de Minneapolis First Seventh-day Adventist Church (Rivera, 1996, p. 3).
El 1 de junio de 1996, fue el primer sábado cuando oficialmente la nueva iglesia de Minneapolis abrió sus puertas para su primer culto (Rivera, 1996, p. 3). Reunida en la capilla de jóvenes de la iglesia americana de Minneapolis first, estas familias junto con el pastor Ruber Leal y su esposa, comenzaron a educar a los nuevos conversos en todos los detalles de lo que significaba ser un adventista del séptimo día.
Un año después, el 3 de mayo de 1997, la congregación fue organizada como Iglesia con 91 feligreses. Dentro del equipo misionero que dio inicio a esta nueva iglesia se encontraban cinco familias que habían aceptado el desafío de dejar la comodidad de su iglesia madre San Pablo, y unirse junto a las 71 nuevas almas. Estos pioneros fueron, Fausto Pliego y su familia, Cruz Cortez y su Familia, Rogelio Ortiz y su familia, Rosendo Gálvez y su familia, Obdulia Sánchez y su familia.
Primeros cultos de la iglesia hispana de MinneapolisLa primera Escuela Sabática se utilizó para instruir a los nuevos conversos acerca de106 de cómo estudiar la lección, qué significaban las ofrendas y el libro misionero de la escuela sabática y lo que era un programa especial décimo tercer sábado. En el culto divino se tomó tiempo para enseñar los himnos acostumbrados del culto divino y se instruyó a los hermanos acerca del propósito de los diezmos y las ofrendas. Por los primeros tres sábados no se hizo otra cosa que culturizar a tantas personas al nuevo ambiente cristiano adventista. A las pocas semanas de reunión, ya la capilla de jóvenes no daba abasto para tanta gente, así que se tuvo que cambiar el horario de culto de la mañana para la tarde del sábado, con el fin de usar el santuario donde se reunían los hermanos americanos.Por los próximos dos años, el propósito primordial de la nueva congregación fue fortalecer a los nuevos conversos, crecer y ahorrar fondos para un templo propio.
Al final de los dos años, más de 130 personas contando a los miembros y visitantes, se congregaban semanalmente para adorar a Dios.
En mayo de 1998, el pastor Leal regresó a la Universidad de Andrews para terminar sus estudios de maestría y en su lugar la Conferencia de Minnesota contrató al pastor Yulian Tinoco para continuar con la labor de fortalecimiento y expansión de la iglesia.Durante los siguientes 11 años, El pastor Yulian Tinoco organizó los departamentos de la iglesia, entrenó los líderes, organizó la iglesia en grupos pequeños y elaboró estrategias para el crecimiento de la iglesia. La feligresía pasó de 71 a más de 200 miembros y se vio en la necesidad de expandirse a otros territorios. Poco tiempo después, la iglesia dio sus frutos y se expande, dando inicio a una nueva congregación en Brooklyn Center y años más tarde de forma conjunta con la Iglesia de San Pablo se abre otra congregación hispana en la ciudad de Richfield.